jueves, 8 de septiembre de 2011

EL LABERINTO DEL FAUNO: BONITA, PERO...




El laberinto del Fauno: bonita, pero...

Hay películas buenas, películas malas, y luego hay cintas como El laberinto del fauno. Nadie diría que entra en el segundo apartado, pero a mí me cuesta meterla en el primero, por varios motivos. Empezaré, sin embargo, con aquello que sí me ha gustado de la película, que es mucho. Y aclarando que, si bien yo la he mirado con el mismo espíritu crítico con el que veo todo el cine, no descarto que haya un amplísimo corpus de público para el que sí puede significar una gran experiencia. Incluso creo que todos podemos tener un momento en la vida en el que esta película nos impacte y nos parezca sublime; pero en mi caso, ese momento fue hace al menos 15 años. Y claro, aún no se había estrenado.

Porque no es que crea que El laberinto del Fauno es una peli para niños, que en cierto modo sí lo es, pero pienso que sí se mueve en un extraño nivel narrativo a medio camino entre Dentro del Laberinto y El espíritu de la colmena. A medio camino entre la percepción propia de la infancia, y la pretensión de análisis histórico y social. Bien llevado, ese estar entre dos cosas, entre dos niveles de realidad, percepción y temática, puede resultar atractivo. Pero es difícil mantenerlo.

Atendiendo solo a la parte fantástica, diré que me parece un cuento bonito, sobrecogedoramente bien diseñado y dibujado que, sin embargo, se me hace corto y de final apresurado. Francamente, me sobra toda la historia de la Guerra Civil: la dejaría como una especie de Viaje de Chihiro, si quieren contextualizada en los '30, pero así podrían haber usado los 118 minutos de metraje para lo que realmente resulta atractivo y serio.

Porque sinceramente, no me parece un buen trabajo a nivel de realismo. No nos confundamos: la película gira constántemente entorno a la comparación, al paralelismo evidente entre el mundo de Mercedes y el fantástico de Ofelia, pero con un eterno chirrío de fondo. La llave, el cuchillo y el sacrificio, son las pruebas que ambas han de superar para reinar: ¿pero qué? ¿Una lo consigue y otra no? ¿Las dos lo logran? Realmente, Ofelia muere, y a Mercedes le esperan 40 años de franquismo. No entiendo el final, y mucho menos el mensaje.

No quiero remarcar demasiado el tremendo maniqueísmo que hay en la historia. El General es terriblemente cruel, obsesionado, no sé por qué, con el tiempo, un hombre que más bien parece un mariscal nazi, en medio de la Asturias de los maquis, engalanado con un traje, y acompañado de un pelotón, de lujo e inmaculado; Han ocupado una casa y parecen señores feudales. Los maquis, cuando aparecen por primera vez, parecen una abominación de mezcla entre el Ché, Robin Hood e Indiana Jones, de la que prefieron no hablar (maniquea maniquea). O sea, un desastre. El americano medio que vea la peli no se llevará una imagen muy diferente a la realidad, pero totalmente deformada por sutilezas de ese estilo.

Pero seguramente lo que más estropea la película, a mi entender, y al margen del partidismo (no es que no esté de acuerdo, es que me cansa el facilismo), es esa dificultosa relación de los ámbitos de la realidad y de la fantasía. Por momentos me parece estar viendo dos películas separadas. No entiendo qué le importan al Capitán las acciones de la niña, ni qué peso tiene el contexto historico social en las mismas. Solo al final se cruzan, un poco por cerrarlo todo a la vez. Pero me parecen dos mundos desconectados por completo. Es más, la niña, que ha de estar en medio de esos dos mundos, no la termino de encajar en ningunos de los dos, quizá porque apenas tiene diálogos, y realmente su motivación es pálida.

Solo aceptaría el papel de la niña, y por consiguiente el sentido de la película entera, si la vemos como una especie de icono de lo que es el umbral de entrada a la imaginación. Una imaginación que nace dentro de uno mismo, y que según planeta Del Toro, aparece con más fuerza cuando es un mecanismo de escape y evacuación. Así que, ¿Cuánto más dolor y sufriumiento, más importancia tiene y más real resulta la imaginación, la creatividad y la fantasía? Pues vaya...

Para eso podría haber elegido otro contexto, y no lanzarse al facilismo, oportunista y comercial, en el que se están convirtiendo casi todos los relatos cinematográficos de gran escala sobre la Guerra Civil.

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